martes, 26 de marzo de 2024

Crítica: AMARTE FUERTE


Encuentros y desencuentros en el amor

Aún recuerdo mi reticencia inicial cuando el fenómeno del microteatro apareció en nuestros lares hace poco más de una década. ¿Podría una historia de 15 a 20 minutos llegar a captar la atención, entretener o incluso conmover a los espectadores, habituados a espectáculos de una hora aproximada o más de duración? ¿Serían capaces los dramaturgos de este formato de poder urdir tramas complejas y arriesgadas en poco más de un cuarto de hora? ¿Tendrían la suficiente aptitud histriónica los respectivos actores para darles profundidad y credibilidad a personajes que solo existirán en el escenario por escasos minutos? Si bien algunos microespectáculos podrían haberme dado la razón en aquel entonces, pues no es el caso de la reciente puesta en escena de Amarte fuerte, estrenada en Selina de Miraflores, en el marco de la temporada denominada 15 minutos.

Albergados en los altos del céntrico y concurrido espacio miraflorino, la pieza de María Paula Del Olmo explora los encuentros y desencuentros de dos guapas señoritas, en medio de saltos en el tiempo y espacio, quienes buscan un equilibrio en su relación a pesar de tener personalidades muy distintas. Imposible no sentirse identificado con todos los impasses, idas y venidas de este par de jóvenes que vemos al inicio divertirse en una discoteca, hasta que los celos y los malos entendidos comienzan a crear zozobra en ellas. Si bien el espacio con el que se cuenta no es convencional (un amplio salón con una columna al centro y sillas para el público en los cuatro lados), la directora Jennifer Aguirre Woytkowski se las ingenia para mostrarnos esta creíble historia de amor de final ambiguo.

Muy buen trabajo de las actrices Andrea Brissolese y Verónica Garrido Lecca (especialmente la primera), quienes no solo lucen muy comprometidas en sus respectivos papeles, sino que vuelven convincente su conmovedora love story. Con la producción de Cary Rodriguez Vera, Amarte fuerte confirma que el teatro de formato breve sí que es capaz de contar historias con calidad, pertinencia y densidad. Quince minutos sí que son suficientes, cuando dramaturgia, dirección y actuación van de la mano en feliz comunión, para involucrarnos en sentidos viajes escénicos.

Sergio Velarde

26 de marzo de 2024

lunes, 25 de marzo de 2024

Entrevista: MAGO GEORGE


“Si quieres ser mago debe realmente apasionarte la magia.”

Vuelve al Teatro del Centro Cultural Ulima, en una breve temporada de doce funciones, el reconocido Mago George con su nueva temporada, titulada ILUSIÓN: magia más allá de la realidad. Promete ser una experiencia en la que la realidad y la ilusión se entrelazan en un torbellino de asombro y misterio, en un espectáculo de magia, ilusiones ópticas, teatro y mucho más. George se embarca en una travesía para explorar los secretos más profundos de la magia y la mente humana. Desde el momento en que las luces se atenúan, los espectadores son transportados a un universo en el que las leyes de la física y la lógica son desafiadas con cada truco impactante.

ILUSIÓN: magia más allá de la realidad se presentará por una corta temporada de solo 12 funciones en el Teatro del Centro Cultural Ulima (Puerta 9 de Jirón Cruz del Sur, Santiago de Surco). Las funciones son del 04 al 20 de abril, los jueves y viernes a las 8:30 p.m. y los sábados a las 5.00 p.m. y 8:30 p.m.  

Las entradas se encuentran a la venta en la plataforma Joinnus.

Sergio Velarde

25 de marzo de 2024


Critica: LA SEÑORITA JULIA


Sin miedo a arriesgar

La Señorita Julia, adaptación del clásico de August Strindberg, dirigida por Ivi Cordero y producida por Huilota, es una propuesta intensa, conmovedora y llena de riesgo, juego y una pasión desbordante que se impregna con detalles y elementos rituales.

La propuesta entrega algo especial, se apropia de un espacio colocando elementos de carácter ritual que exaltan y otorgan brillo a un texto de por sí lleno de fuerza. Con una primera parte donde parecen mezclarse los roles protagónicos. Ale Carrasco destaca de manera indudable; sabe capturar el personaje de una manera admirable, sosteniéndolo y llevándolo a sus extremos en todo momento. Enfocada y con las tensiones correctas para poder desarrollar el personaje de Cristina con solvencia. De igual forma Diego Salinas, con un desarrollo particular, si bien por momentos cae en tensiones erróneas, logra recomponerse y entregarse a la escena. Por otro lado, Samanta Robles sorprende con su habilidad para apropiarse de un personaje lleno de picos emocionales, transitaba constantemente entre ellos, y si bien en ciertos momentos cae en ligeros excesos de tensión que hacen difícil la comprensión del texto, no pierde su calidad actoral.

Tal vez el momento más débil de la obra recaiga en una segunda parte, después de un quiebre importante de la obra. La ausencia prolongada de Cristina en la escena, por la manera en que fue desarrollada en una primera instancia, hace que se le extrañe muchísimo. Este espacio, que también es el momento de los grandes monólogos de los personajes de Juan y Julia, pierde el drama, se suelta y cae por momentos en una monotonía, donde la coreografía pierde solidez frente al texto. Pero la obra toma riesgos importantes, y parece ir por un camino creativo autónomo y auténtico, que toma bastantes licencias a nivel escénico y narrativo, dándole un carácter resaltante.

Al final, se acierta al tomar esos riesgos, imprimirle un carácter propio, intenso, avasallante. Los actores están a la altura de la propuesta y el desarrollo de los tres en escena es increíble de ver. Una lucha constante, en donde lo ritual se vuelve un vehículo para despertar el sentido del texto, pero también una la lectura propia del mismo.

Omar Peralta

25 de marzo de 2024

sábado, 23 de marzo de 2024

Día Mundial del Teatro: MENSAJE INTERNACIONAL 2024


A cargo del escritor y dramaturgo noruego Jon Fosse

El Día Mundial del Teatro se celebra el 27 de marzo de cada año y fue creado por Instituto Internacional del Teatro (ITI) en el año 1961. Su principal objetivo es el de dar a conocer lo que representa el teatro para la cultura a nivel mundial.

Durante este día se celebran en todo el mundo actos y eventos relacionados con la escena. Uno de los más importantes es el mensaje internacional por parte de una figura de talla mundial por invitación del ITI. En este mensaje, una persona de relevancia comparte sus reflexiones acerca de la cultura y el teatro.

El encargado del Mensaje por el Día Mundial del Teatro 2024 es el destacado escritor y dramaturgo noruego Jon Fosse.

La lectura está a cargo de los miembros de Oficio Crítico.

Sergio Velarde

23 de marzo de 2024

miércoles, 20 de marzo de 2024

Crítica: OBRAS KORTAS – SEGUNDA TEMPORADA


Humor en formato breve

No hay duda de que el formato de espectáculos de corta duración viene siendo uno de los más utilizados por artistas y colectivos escénicos para mantenerse en actividad. Lo positivo es que la (enorme) cantidad de propuestas de este tipo ofrecidas al público viene teniendo como resultado, en general, un mayor esfuerzo y cuidado por parte de sus creadores, en la búsqueda de darle calidad a los proyectos en cuestión. Tal es el caso de la nueva temporada de Obras Kortas, estrenada en el Teatro Barranco, en donde el público, además de disfrutar de cuatro entretenidos y divertidos miniespectáculos, puede acceder al bar y disfrutar de un fin de fiesta al terminar las funciones en el mismo local.

En Un reggaetón para la tercera edad de Gonzalo Rodríguez Risco, la celebración por el compromiso matrimonial de sus respectivos nietos en una discoteca pone en aprietos a los veteranos y carismáticos Cecilia Tosso y Antonio Aguinaga, quienes se confiesan sus altas y bajas en sus vidas, dejando el necesario espacio para un final feliz; buen trabajo de Aguinaga como director al aprovechar la coartada dramatúrgica del autor y aun mejor, el ver a dos consumados intérpretes divertirse en escena. Por su parte, tomada de la pieza Tres amores postmodernos de Eduardo Adrianzén, el director Diego La Hoz logra en La hija del repollo la feliz conjunción de dos talentos tan disímiles, como la capacidad de improvisación de Manchi Ramírez y la intensidad metódica de Eliana Fry García-Pacheco, en un hilarante diálogo con tintes dramáticos en la que una pareja de exenamorados deberán enfrentar, juntos o no, un imprevisto embarazo.     

En cuanto a Yo no soy Coppélia, con la dirección, dramaturgia y actuación de Gaizka Pasalodos, en la que la ciencia-ficción, el amor imperecedero y los límites de la ética se amalgaman con acierto, su mayor virtud recae en la sublime performance dancística de María José Hernández, como la insólita creación tecnológica de un dolido esposo (Pasalodos) y que deriva en una pertinente discusión con un amigo (Sebastian Stimman) acerca de los reales alcances de la Inteligencia Artificial, que se encuentran más cerca de lo que parecen. Finalmente, en la divertida ¿Qué pasó anoche?, escrita y dirigida por Romina Viñas, basada libremente en las películas de ¿Qué pasó ayer?, se exploran las nuevas masculinidades en vísperas de la boda de Nicolás Osorio, en compañía de sus amigos Luis Baca y André Moyo. Esta segunda temporada de Obras Kortas en el Teatro Barranco tiene cuatro espectáculos de calidad pareja, muy recomendables para pasar una noche de miércoles con mucho humor.

Sergio Velarde

20 de marzo de 2024

lunes, 18 de marzo de 2024

Entrevista: ARMANDO SALAZAR


“Las oportunidades pueden llegar por suerte, pero la forma de mantenerse es con disciplina.”

¿Quieres estar conmigo?, ya un clásico de la dramaturgia peruana, con autoría de Roberto Ángeles y Augusto Cabada, llega nuevamente a escena con la dirección de Johan Robles y presentada por Primer impulso y La escena producciones. Oficio Crítico conversó con uno de sus jóvenes actores, Armando Salazar, acerca de la muy breve temporada de dos funciones, el 3 y 10 de abril en el Teatro Auditorio Miraflores.

En esta comedia agria, ambientada durante los años 70 y 80 en Lima, el público se hace presente frente a una década de la vida de nueve jóvenes de clase media, que luchan por concretar sus sueños en medio de un contexto de inestabilidad económica y violencia política. Acompañan a Armando los jóvenes intérpretes Alisson Alonso, Carlos Córdova, Almudena Yeren, Franco Solis, Gerardo Coveñas, Andrea García, Alberto Almeyda y Cristina Marichi.

Las funciones serán el 3 y 10 de abril a las 8 p. m, en el Teatro Auditorio Miraflores (Av. José Larco 1150 Miraflores). Las entradas están a la venta escribiendo a @1er_inpulso, @djjazzoficial o @la_escena_producciones.

Sergio Velarde

18 de marzo de 2024


miércoles, 13 de marzo de 2024

Crítica: EL DÍA QUE QUEMÉ A MI PADRE


Reescribiendo una historia

Diversos proyectos teatrales han abordado los grandes conflictos que giran en torno a la familia; esta vez, Proyecto 88 y La Eme Colectivo estrenaron la obra El día que quemé a mi padre, escrita por Henry Sotomayor y Mónica Talavera, quien también la dirige. La temporada tiene lugar en el Club de Teatro de Lima.

El elenco está conformado por Luisa Caldas, Luis Acuña y Henry Sotomayor, este último interpreta a Enrique, un escritor conflictuado por su infancia y la ausente figura paterna, situación que lo lleva a repetir los mismos errores con su propio hijo. Su intención de borrar el pasado lo lleva a transitar por sus recuerdos, en compañía de un irreverente conejo y la figura de la muerte. Ahora bien, la narrativa plantea un drama con varios momentos cómicos, los cuales sirven para refrescar al público y aportan dinamismo a la puesta; sin embargo, se corre el riesgo de perder el sentido del relato, el cual se recupera cuando el drama aparece, y el protagonista toma decisiones. Respecto a las actuaciones, tenemos construcciones de personajes bien delimitadas, con características específicas desde el manejo corporal, los elementos de vestuario y el universo emocional de los mismos.

Una escenografía funcional, diseñada en base a cajas de cartón, haciendo uso de elementos sencillos, el juego de luces y la música en vivo, que bien podría considerarse un personaje más, debido a las precisas intervenciones dentro de la historia.

El día que quemé a mi padre es una sobrecogedora pieza de teatro, que a través del humor oscuro e incómodo nos revela la oportunidad para reescribir una historia, en este caso la de Enrique, que lucha contra su pasado atravesando diversas emociones, que permiten identificarnos de alguna u otra forma con este personaje. Además, refleja la necesidad atender el tema de la salud mental y la forma en la que influye en todos los ámbitos de nuestra vida. Sin duda, estos temas nos llevan a infinitas reflexiones, no solo como individuos, sino también como sociedad.

Maria Cristina Mory Cárdenas

13 de marzo de 2024

Crítica: HAMLET


Shakespeare medieval

Es la primera vez en mi vida que veo una versión de Hamlet tan pedagógica y empática con la sociedad limeña. Lo que más me gustó de la propuesta es que no se tuvo que recurrir a un humor chabacano para llegar a alegrar al diverso público del Nuevo Teatro Julieta. Con humor sutil y fresco, la productora Mercadillo Medieval de la Asociación Diez Talentos de Bruno Odar ha innovado de manera mayúscula. Acaso varios de los espectadores nunca en su vida habían escuchado del famoso drama escrito por Shakespeare y sin duda, esto despertó muchas curiosidades entre el público, que daba por sentado que el lenguaje empleado sería denso. De hecho, Hamlet es un drama universal que habla acerca del valor de la lealtad en contraposición de la venganza. Es un mérito que hayan logrado adaptarlo a un lenguaje peruano, como comedia para toda la familia. Creo que el montaje debería se consumido por público escolar que necesita conocer esta parte de la historia del teatro.

Por otro lado, las actuaciones estuvieron a la altura de un montaje profesional. Destacó el protagonista Jorge Guerra como Hamlet, quien me impresionó por desarrollar su personaje de una manera equilibrada, parsimoniosa y sin exageraciones, pues era necesario demostrar el odio y el dolor en sus escenas. También fue resaltante el rol de Elena Castillo como la madre de Hamlet, pues me gustó la seriedad de la actriz frente a una serie de situaciones cómicas que ocurrían a su alrededor. Soportar el humor es un talento pocas veces reconocido en un actor. Quien brilló por su presencia escénica, picardía y dominio en el escenario fue Jorge Moretti como Shakespeare.

Adicionalmente, debo felicitar a la productora por realizar una escenografía muy acorde con el mundo medieval “hollywoodense”, que fue lo primero que nos conecta con el público, principalmente porque los peruanos, al igual que otras sociedades, hemos sido muy consumidores de películas de ese mercado. Es entendible pues, como mencionó una colaboradora de la producción: “Gracias por venir a vernos, aun estando en momentos muy difíciles como sociedad”. Es fundamental que el teatro peruano se aleje de sectarismos de teatro clásico y se adapte de una manera inteligente y entretenida a los nuevos tiempos. Muchos éxitos en futuras presentaciones.

Enrique Pacheco

13 de marzo de 2024

Crítica: LA PIEDRA DEL MAL


Dramaturgia del terror

Me acuerdo aún del estreno, en el verano pasado, de la agrupación independiente Bramarte Producciones titulado Pol, en el Teatro Aforo de Pueblo Libre. A pesar de contar con una escenografía sucinta, este tuvo un gran impacto psicológico sobre el público, pues abordaba el tema controversial de la posesión demoniaca. El terror es un género poco explorado, incluso si se tiene una perspectiva histórica, pues casi todo ha girado en torno al drama (lo real, lo que sucede) o la comedia. Incluir el terror en una puesta teatral es un gran reto e implica mucha creatividad.

En primer lugar, mencionar que mi crítica hacia la puesta en escena de La piedra del mal es constructiva, pues considero que nuestro deber como Oficio Crítico es el de ser sinceros y respetuosos en nuestros comentarios. Uno de los mayores teóricos del teatro latinoamericano, el mexicano Edgar Cevallos, mencionó en su libro Principios de Construcción Dramática: “La construcción dramática nos enseña también que todos los hechos se irán a dar sobre una base de relaciones complejas e intrincadas”. Por eso, es peligroso elegir un determinado elemento de la historia y forzarlo de manera exagerada que desequilibre a los demás, como los personajes de la obra de teatro. En ese sentido, la mayor debilidad de la propuesta fue la falta de unidad en la historia dramáticamente hablando, pues sinceramente el conflicto era poco creíble y todo ocurría en un espacio-tiempo muy breve y rápido.

Como aspecto positivo, debo mencionar que la escenografía fue realista y se evidenció el esfuerzo de la productora por un vestuario acorde con la historia presentada. En cuanto a la actuación de José Ticse, como el asistente del sacerdote, debo resaltar que esta fue creíble y transmitía la sensación de desconcierto del ambiente casi religioso. Me gustó mucho su interpretación por su veracidad. Por otro lado, al resto de actores les faltó transmitir la energía necesaria para el ambiente de terror propuesto por el director César Carrión. El mejor ejemplo de que estaba fallando dramáticamente lo propuesto fue que, ante las escenas donde el demonio (Víctor Collantes) u otros personajes entraban en posesión por la Piedra Horadada, el público estallaba en carcajadas.

Sinceramente creo que debió escogerse otra historia para representar. Tal vez una comedia, en donde la Piedra Horadada sea solo parte de la historia, habría funcionado mejor. Como menciono al inicio de esta crítica, el terror es muy retador para el teatro. Sin embargo, felicitaciones a la producción por lo logrado.

Enrique Pacheco

13 de marzo de 2024 

domingo, 10 de marzo de 2024

Crítica: EL PRÓXIMO AÑO, A LA MISMA HORA


Doce años después, a la misma hora

Imposible para mí olvidar, allá por el 2012, aquellas actuaciones de nuestro hoy recordado Diego Bertie y de una increíble Gianella Neyra, en las que, bajo la dirección de Osvaldo Cattone, nos regalaron química, soltura, pasión; hoy, Connie Chaparro y Sergio Galliani hacen lo propio, con mayor dulzura, matices de picardía y un humor muy íntimo que manejan de forma maravillosa y que logran transmitir a los espectadores. Todo ello en el mítico teatro Marsano y con la misma obra de Bernard Slade: El próximo año, a la misma hora.

Una comedia romántica como pocas, muy bien contada, de un texto maravilloso que exige de una química especial entre los protagonistas y que David Carillo ha sabido encontrar en sus actores. Hay ternura y un contacto desde la fascinación y el deslumbramiento mutuo. Si bien la comedia nos hace reír a partir de un humor pícaro pero tierno, también nos captura con escenas emotivas de añoranza y tristeza, por ciertos acontecimientos que atraviesan sus protagonistas.

La obra tiene un carácter mágico, que te permite llorar, reír, asombrarte. Si bien en un inicio los procesos se muestran un poco lentos, los actores logran sobreponerse a ello y encontrar el ritmo adecuado, según la intimidad vaya dictando. Claramente se entienden, es innegable la presencia que tienen ambos en el escenario, además de ese carisma especial para congeniar con el público. Con Galliani con momentos inmejorables; no bajo el ojo perfecto, inmejorables en lo humano que logra plasmar en el escenario. Por otro lado, Chaparro deslumbra con un personaje que crece, se transforma a partir de sus experiencias; logra desarrollar la madurez y el aprendizaje de toda una vida.

El próximo año, a la misma hora es una obra preciosa. Cuánto más hermoso ha sido para mí verme envuelto en ese romance, pero como un espectador hacia la obra, que vuelve una vez más, al mismo lugar de encuentro, el Marsano, a dejarse deslumbrar, ya con nuevos actores, pero con la misma esencia de amor y cariño. Ojalá no pasen tantos años para volverla a ver. Y si es que ocurre, que siga manteniendo esa magia. Esta es una obra que tiene todos los méritos para perdurar en el tiempo.

Omar Peralta

10 de marzo de 2024