miércoles, 13 de mayo de 2009

Crítica: CUATRO HISTORIAS DE CAMA

Verdades al desnudo

Elásticas, eléctricas, plegables, redondas, turcas, de agua. Las camas, en toda su variedad de presentaciones, cumplen una función crucial en nuestras vidas. Y no sólo por pasarnos en dicho mueble varias horas de nuestro día, sino porque se trata de una superficie, a veces acogedora a veces incomoda, en la que se pueden realizar innumerables actividades, no necesariamente destinadas al ocio. Y una de ellas, quizás la más peligrosa al estar acompañados, es la de revelarnos tal como verdaderamente somos. El dramaturgo Eduardo Adrianzén nos propone algunas de esas situaciones en Cuatro historias de cama, dirigida por Diego La Hoz y presentada en el marco del IV Festival UCSUR de Teatro Internacional, con las actuaciones de Camila Mac Lennan, Nidia Bermejo, Alonso Cano y Juan Carlos Pastor, en la acogedora Sala Alzedo en el Centro de Lima.

En la obra, dividida en cuatro cuadros, la cama se convierte en refugio para un joven traumado, en campo de batalla para dos amantes, en lecho de muerte para una enferma terminal y en escenario de un imprudente secreto. Y son las verdades de estos seres, junto con las de sus acompañantes, las que salen a relucir, originando los diversos conflictos. Tratándose de una obra con cuadros “aparentemente” independientes, no es de sorprender el encontrar un desnivel al momento de llevarla a escena. Y Cuatro historias… no es la excepción. La mejor es la tercera historia: la conversación entre dos hermanas, una sana y otra enferma, sobre su conflictiva vida en común. Bien escrito y resuelto actoralmente con mucho brío, este cuadro vale el completo visionado de la obra. Le siguen de cerca la primera (un singular blogger obsesionado con su engreída ex pareja) y la segunda (una pareja de novios enfrentando sus más grandes temores), provistas ambas de diálogos inteligentes y divertidos. La decepción resulta ser la última, en el que se descubren los nexos, de manera un tanto forzada, entre todos los personajes de la puesta en escena: un joven casado despierta en la cama luego de una borrachera con un homosexual. La situación podría resultar entretenida, pero no lo es, básicamente por las actuaciones sin matices que no logran elevar el cuadro del promedio.

En términos generales, las actrices destacan en mayor medida que los actores. Nidia Bermejo es creíble y sincera en sus dos papeles, pero es Camila Mac Lennan quien logra un desempeño sobresaliente en las escenas que interviene, como la novia histérica y la hermana desahuciada. En el primer personaje, Mac Lennan logra interpretarlo hábilmente sin caer en el trillado estereotipo; pero es sobre todo en el último personaje, complejo y espinoso, en el que logra combinar hábilmente el drama y la comedia. Juan Carlos Pastor cumple sin mayores brillos, pero es Alonso Cano quien decepciona en sus dos interesantes personajes, con bastantes dificultades en volumen y dicción. El desplazamiento escénico de los cuatro intérpretes al cambiar los diferentes ambientes es limpio y preciso. Pero el director debería definir cómo deben esperar los actores que no intervienen en escena, pues algunos permanecen neutrales, pero otros ríen y se mueven, distrayendo la atención. A pesar de estos reparos, la dilatada duración de la puesta en escena no se hace notar. Cuatro historias… cumple las expectativas del público, consolidando a La Hoz como uno de nuestros directores jóvenes con mayor proyección y a Adrianzén como uno de los dramaturgos contemporáneos más importantes del medio.

Sergio Velarde
13 de mayo de 2009

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Sergio por tu comentario. Siempre bienvenido y sincero. Sólo me gustaría contarte que, luego de casi un año de no hacer "Cuatro historias de cama", nos tocó la difícil tarea de volverla a poner contra el tiempo y contra mil eventualidades: Franklin Dávalos no estaba más en el elenco, ESPACIO LIBRE salió en busca de una nueva Casa, los amigos de ruta patearon el tablero, en fin. En medio de este torbellino de sinsabores, Alonso Cano tuvo la gentileza de subirse al barco en sólo dos semanas. Nos pareció importante no dejar la oportunidad de presentarnos en el IV Festival de la UCSUR. Allí estuvimos, dejamos todo lo que nos fue posible dejar en el escenario y recibimos con cariño el aplauso del público. Definitivamente no fue el resultado que hubiésemos querido pero fue "honesto". Palabra difícil de aceptar como bandera. Esta experiencia fortalece al nuevo ESPACIO LIBRE, me enseña como director y ojalá traiga nuevos aires para recorrer con prudencia una década más al servicio del teatro peruano. Éxitos, Diego La Hoz

Sergio Velarde dijo...

"Cuatro historias de cama" se presenta actualmente en el Teatro Auditorio Miraflores todos los jueves de mayo.

Gloria Lescano dijo...

Hola,

La primera vez que vi esta obra en el Festival UCSUR, también me pareció que la actuación de Alonso Cano tuvo todas las características que mencionas. Sin embargo, la volví a ver en el Auditorio de Miraflores hace una semana y considero que mejoró notablemenete: los dos personajes que interpreta tuvieron mucho más matices, trasmitieron emociones y los problemas de volumen y dicción también mejoraron... si puedes dale otra mirada a la obra en esta temporada. (No sé si eso valga en la crítica teatral, perdona la ignorancia)

Gloria Lescano