sábado, 12 de mayo de 2012

Crítica: IFIGENIA Y OTRAS HIJAS


Mitología griega en tiempos contemporáneos   

Tomando las tragedias de Eurípides: Ifigenia en Áulide, Electra e Ifigenia en Táurde, el montaje de Ifigenia y otras hijas de Ellen McLaughlin, con la traducción de Alberto Isola, centra su atención en los personajes femeninos, a través de tres actos bien definidos, desde el sacrificio de Ifigenia (Claudia Tasso) en manos de su padre; pasando por  la muerte de Clitemnestra (Elena Cabrera y Natalí Zegarra) por obra y gracia de sus propios hijos; hasta el trágico reencuentro de Ifigenia con su hermano Orestes (Fito Bustamante y Kenji Huerta) en una isla habitada por mujeres. También aparecen las otras hijas, Electra (Andrea Pajuelo y Gabriela Navarro) y Crisóstemis (Mariajosé Quiñones), en esta impecable temporada a cargo de los graduados de 8vo ciclo del curso de Actuación del TUC .

Algunas escenas memorables que nos regala el montaje: la malvada Clitemnestra, ante la revelación de la muerte de su propio hijo, lamenta preocupada la muerte del caballo durante aquel enfrentamiento, ante la atónita mirada de Orestes. Y sin saber que se trata de su propio hijo, lo seduce con la intención de hacerlo ingresar a su hogar, para luego encontrar su (acaso) merecido final. Los encuentros entre los hermanos perdidos también resultan conmovedores. La caracterización de Electra puede resultar algo excesiva, mugrienta y convertida en un ser cuadrúpedo con una cadena en el cuello, contrastando con la opulencia de su madre, aunque es coherente con la propuesta del montaje.   

La austera escenografía y el cuidado vestuario nos remiten a un escenario latinoamericano en época de dictadura de los años 50. El rol de la mujer en la sociedad, la sumisión y la obediencia, es puesto en tela de juicio, contrastándolo con el implacable deseo de venganza, como única solución para la tragedia acaecida. La autora estadounidense Ellen McLaughlin logra un entretenido compendio de hechos y personajes míticos, mientras que Katiuska Valencia consigue un apreciable trabajo en la dirección de actores, todos ellos en caracterizaciones muy cuidadas, en un montaje fluido y conmovedor. Ifigenia y otras hijas constituye un excelente montaje de graduación de la Promoción 2011 del TUC, presentándose actualmente en Centro Cultural El Olivar de San Isidro.

Sergio Velarde
12 de mayo de 2012

1 comentario:

Gustavo von Bischoffshausen dijo...

Hola:
Me interesa resaltar la actitud y posición de Clitemnestra a través de toda la obra. Como todo personaje trágico, su actitud ante la vida es controversial. Porque a mi parecer no es malvada, sino que clama por el sacrificio de una hija en una guerra que ellas no han pedido. Y allí también tiene sentido su mención del caballo muerto en este debacle general de destrucción de vida, en la cual se borran las diferencias entre hombres y animales. Pero claro, tambien ella paga las consecuencias de sus hechos despues. Son pues, los dioses y el sino en la concepción griega o el arbitrario poder de la sociedad (Ramiro Miranda de Crítica teatral sanmarquina (http://criticateatralsanmarquina.blogspot.com).

En cuanto a la escenografía, quizás hubiera sido más sutil, como ha mencionado también Ramiro Miranda, una puesta en escena que no nos remitiera a una época precisa en el Perú, el Ochenio odriista, sino a varias a la vez. Especialmente si lo importante era resaltar dictaduras, represión y libertad restringida pero también sociedad patriarcal, en la cual lo militar es un elemento más.

Pero claro, esta solo es una salvedad que no quita nada a la pertinencia, profesionalismo, acuciosidad y poética de poner es escena esta obra de Ellen McLaughlin, Felicitaciones a los exalumnos del TUC.