viernes, 31 de enero de 2014

Entrevista: JOSÉ ANTONIO BUENDÍA

"La disciplina para un actor es muy importante"

“Nací en Lima, pero viví en Cañete durante toda mi infancia”, nos cuenta José Antonio Buendía, ganador del premio del público al Mejor Actor de reparto en una Comedia o Musical por El Vigilante Enmascarado. “Cuando tenía 10 años actuábamos en lo que antes era un cine y frente al público, haciendo fonomímicas del  Dúo Pimpinela, Magneto y Ricky Martin; fue mi primer acercamiento al teatro y la verdad es que el aplauso me fue gustando”. Otro gran aliciente para José Antonio fue apreciar la obra Relaciones Peligrosas en el Teatro Marsano, con la actuación de Ana María Jordán. “Me encantó el vestuario de época, la escenografía, todo el montaje me impactó mucho”.

José Antonio estudió Ciencias de la Comunicación en el Instituto Charles Chaplin, en donde recibió clases de teatro de varios profesores, entre ellos, Daniel Dillon. “Creo que lo más resaltante que me enseñó fue que debía vivir el momento”, comenta. Luego ingresa al Taller de Roberto Ángeles, en donde estuvo en los dos primeros niveles. “De Roberto aprendí mucho sobre la disciplina, que es muy importante”, afirma. Ya en el 2003, entra al Taller de Plan 9 con David Carrillo como su primera promoción, mientras que trabajaba haciendo teatro para niños con el grupo TAIJ de Ana María Jordán. “Imagínate mi emoción el trabajar con ella, luego de verla en Relaciones Peligrosas. Hacer teatro infantil me ayudó mucho, ahora sigo trabajando con niños y me gusta mucho.”

Las artes escénicas

Sobre David Carrillo, director de Plan 9, José Antonio tiene palabras elogiosas. “Considero que es un director brillante; él, de la nada, arma escenas con entradas, salidas y hasta coreografías, con gran facilidad; eso es admirable.” Justamente, para José Antonio un buen director de teatro debe “tener una visión de lo que quiere conseguir con la obra y que por supuesto, sepa impartir disciplina.” Por otra parte, un buen actor de teatro debe “ser perseverante, disciplinado y saber trabajar en equipo. Creo que para que el actor pueda transmitir emociones, debe sentirse cómodo; para eso es necesario sentirse siempre entre buenos compañeros”, afirma.

José Antonio se mantiene activo enseñando teatro en el colegio Lord Byron de La Molina, así como en el Centro Antares para chicos especiales. Y en cuanto a sus proyectos teatrales para este año, figura el estreno de Confusiones de Alan Ayckbourn, en donde trabaja en producción para Teatro de Lucía. “Me encantaría ser parte de cualquier proyecto que me ofrezcan. Como actor, siempre estamos en constante transformación en escena, vamos descubriendo cosas en los personajes, siempre de la mano del director”, concluye.

Sergio Velarde
31 de enero de 2014

miércoles, 29 de enero de 2014

Crítica: TRILOGÍA DE UNA DESPEDIDA

Lo triste que es el decir adiós

La agrupación Espacio Libre Teatro, incansable promotora de las artes escénicas y con una tenaz filosofía de grupo que esgrime durante 15 años, se ha caracterizado siempre no solo por presentar montajes muy acabados y más que correctos (los últimos: El otro aplauso, 2013; Mientras canta el verano, 2012; Paréntesis, 2011), sino que también consolida la estrecha relación entre los participantes de sus talleres con la creación teatral. Es así que se estrenó en su local de Barranco la pieza Trilogía de una despedida, escrita por Diego La Hoz y dirigida por Diana Hurtado, originada dentro de uno de dichos talleres en el 2010, pero que recién llega a escena este año.

Se trata un tríptico de historias cortas que toca con mucho dramatismo, pero también con tino, los sentimientos que afloran ante las despedidas tanto físicas como simbólicas. En el primer cuadro, Carpín dorado, la relación de una pareja se ve afectada por su inminente separación, pero que deja entrever una luz de esperanza en el futuro. En Tiempo cero, una niña my imaginativa dialoga con su padre, presente y ausente a la vez. Y en Caída Libre (sin duda, la mejor del trío) asistimos al difícil encuentro entre dos hermanos, que se profesaban un inmenso amor, pero que la tragedia separó desde temprana edad. La directora Diana Hurtado, de quien ya habíamos visto Como si fuera esta noche (2012), prefiere la escenografía minimalista y centrarse en los personajes, consiguiendo un delicado equilibrio entre los recursos dramáticos y las pinceladas de humor que el texto ofrece.

La obra, que se preparó como muestra final del curso Montaje I de la directora para su universidad, contó con un grupo de jóvenes actores nóveles, que supo asumir con dignidad el par de personajes que le tocó interpretar a cada uno. Solo el tiempo, el estudio y la práctica serán los responsables para que Alba Leiva, Vania Duncan (actriz en Como si fuera esta noche) y Santiago Castillo pulan su evidente talento. Agradable también la música en vivo, compuesta especialmente para el montaje, de Alvaro Arnáez. Dentro de la íntima sala de Espacio Libre se siente mucho el calor de hogar (especialmente en verano), pero bien vale la pena apreciar este sencillo y conmovedor espectáculo con el que el grupo inicia sus actividades este año.

Sergio Velarde
29 de enero de 2014

martes, 28 de enero de 2014

Entrevista: NATALIO DÍAZ

“Para poder mentir en escena, debes ser sincero contigo mismo”

Chiclayano de nacimiento, Natalio Díaz ganó el premio del público al Mejor Actor de Drama del 2013 por la obra El otro aplauso, dirigida por Diego La Hoz y co-protagonizada por Karlos López Rentería, con la agrupación Espacio Libre. “Fue un verdadero privilegio actuar al lado de Karlos, mi primer profesor de teatro, además de ser un gran actor; y por supuesto, también el haber sido dirigido por Diego en una obra del grupo”, afirma. Natalio estudiaba Administración en IPAE, cuando tomó un taller de teatro a cargo de Karlos; y si bien terminó su carrera, nunca la ejerció formalmente.

“Conocí a Diego a finales de 2009 y me enganché con la filosofía del grupo Espacio Libre, me enamoré del teatro”, recuerda. Natalio llegó a Lima para hacer teatro y se matriculó en la ENSAD, en donde solo estudió un año. “Tuve buenos profesores: Ernesto Ráez, Carlos Acosta, Mirella Arroyo, Santiago Soberón; pero honestamente nunca me conecté.” Durante ese año, estuvo en el Laboratorio Teatral Liberac(c)iones de Espacio Libre y estrenó la obra Mientras canta el verano. “Prefiero la convivencia a la experiencia académica”, afirma. “Sentía que en la ENSAD la formación se quedaba entre cuatro paredes, dentro del grupo sentí que crecía actoral y humanamente”. Natalio repite la frase que le dijo Diego La Hoz: “Mientras tú no resuelvas tus cosas en la vida, no podrás resolver nada en el escenario”.

Las artes escénicas

“Creo que un actor de teatro debe ser sincero consigo mismo. Para poder mentir en escena, debe ser muy sincero con uno mismo”, afirma Natalio. “Además, debe tener disciplina: el teatro, antes que arte, es disciplina”. También afirma que un actor para interpretar un personaje debe tener ese “bichito” y tener curiosidad por querer hacer. El resto es un proceso, que para algunos, incluyéndolo, toma mucho tiempo. Por otra parte, un buen director de teatro debe “dejar que el actor cree a su personaje con libertad; el director no debe resolver, el actor debe proponer”. Sobre su director, Diego La Hoz, considera que no es uno de trato vertical, pues “él nos deja espacio para la creación, nos da el material para que vayamos componiendo juntos”.

Natalio continúa con las funciones de El otro aplauso, tanto fuera como dentro de la capital: estuvo en Chiclayo, la ciudad que lo vio nacer, en diciembre; y el sábado 1° de febrero, visitará al grupo Grecia en el distrito de Comas. “Este 2014, Espacio Libre está dedicado a las actividades de nuestra Casa en Barranco: talleres para todas edades, funciones con entrada liberada y sobretodo queremos que la gente que nos visita tenga una experiencia plena y quiera quedarse”. Además, el grupo está preparando el montaje que presentará este año con una invitada muy especial, siempre bajo la dirección de Diego La Hoz. “Él es, más que nada, un colaborador en la escena misma, mientras nos ayuda a tejer la historia”, concluye.

Sergio Velarde
28 de enero de 2014

 Karlos López Rentería y Natalio Díaz

Entrevista: ALAIN SALINAS

“Siento que en la capital les falta mística a los montajes”

Ganador del premio otorgado por El Oficio Crítico al Mejor Actor de reparto en la categoría Drama por Bolognesi en Arica, Alain Salinas nos comenta que es oriundo de Huaraz, que estudió teatro en la Escuela Superior de Arte Dramático de Trujillo, y que llegó a Lima en el 2011 para estudiar en el Taller de Actuación de Roberto Ángeles. “Estuve hasta el 2012; y el año pasado, a través de Adriana del Águila (productora), me entrevisté con Alonso Alegría, y acabé en la obra Bolognesi en Arica”, comenta. Su personaje de Agustín Belaúnde, a pesar de su corta participación en escena, llegó a convencer de su postura dentro del montaje estrenado en la Alianza Francesa.

Sobre el destacado dramaturgo y director Alonso Alegría, Alain lo califica cariñosamente de “viejito loco”. Como ya es sabido, Alegría se demoró varios meses para completar el texto sobre aquel capítulo de nuestro historia, logrando un montaje con evidentes aciertos. Opina también que le agradó mucho la frescura que Alegría quería tener en el montaje, ya que “es importante no mecanizarse en escena ni tener marcaciones fijas, ya que de ese modo se consiguen emociones nuevas para los espectadores y también para los actores”, afirma.

La actuación en teatro

Alain se inició en el teatro desde los 15 años en el grupo Kuntur de Huaraz, y percibe que la manera de hacer teatro en la capital es marcadamente distinta. “La verdad es que en provincia no se gana plata haciendo teatro, pero los montajes se realizan con el corazón; acá en Lima las cosas son más técnicas, siento que les falta mística, aunque no a todos”, reflexiona. Para Alain, el actor debe ser “un creador” y un director, “un unificador”, aunque  también cree en los directores dictadores, quienes finalmente tienen derecho a darle a sus actores su particular visión de todo el montaje, y el actor debe estar preparado.

“Un actor de teatro debe tener un buen manejo vocal y corporal”, refiere Alain. “Siento que esas carencias, especialmente las corporales, las tienen los egresados de talleres y no necesariamente es malo, depende del montaje; lo importante es encontrar un equilibrio  entre los actores para no percibir sus diferentes escuelas”. También considera que es importante hacer un riguroso trabajo de campo. “No basta con tener una idea o ver una película, ese trabajo es básico”. Para este 2014, Alain planea estrenar una obra con dos compañeros en el transcurso del año, así como también regresar a Trujillo a completar algunos cursos. “Creo que lo apasionante del teatro, es la empatía que se puede lograr con el público”, concluye.

Sergio Velarde
28 de diciembre de 2014

jueves, 23 de enero de 2014

Entrevista: JUAN CARLOS DÍAZ


“Como director, lo más importante es la motivación”

“Tengo la sensación que desde hace mucho tiempo trabajo con ellos”, comenta Juan Carlos Díaz sobre Pasión Mystica Teatro, agrupación con la que consiguió el premio al Mejor Director de Comedia del 2013 por Mi buen amigo Judas. Previamente había dirigido con el colectivo, una adaptación de Otelo llamada Octubre Negro (2010), con prácticamente el mismo elenco. “Para mí, no hay diferencia entre un trabajo de encargo y uno personal; voy adquiriendo las motivaciones y finalmente considero al montaje como si fuera de mi propio grupo”.

“Creo que todo director de teatro debe saber escuchar a sus actores y captar todo lo que pueden ofrecer, pues es un observador privilegiado con el poder de modificar lo que ve”, refiere Juan Carlos, quien tiene un amplio historial como director de la agrupación que co-fundó, Eureka Teatro. “Además, debe tener la capacidad para ordenar los elementos escénicos en forma armónica.” Para Juan Carlos, es imposible tener todas las respuestas del montaje, él las va adquiriendo a través de los ensayos. “Es importante darles a los actores el aliciente de que están logrando cosas”, puntualiza.

La dirección teatral y Eureka Teatro

Con su grupo Eureka Teatro, Juan Carlos tiene una amplia experiencia dirigiendo obras dirigidas para público infantil y adulto de autoría de Ruth Vásquez, co-fundadora del grupo, como Dulces sueños (2001), Jojolete (2001), Cuentijugando (2002) y Amores quebrados (2002), en los que ella también participó como actriz. “Ella se desliga como dramaturga cuando la dirijo”, afirma Juan Carlos. “El texto es el instrumento para lograr el montaje y ella me da libertad para modificar pequeñas cosas del texto, previa conversación. Ella tiene una visión como autora, pero deja el resultado en mis manos.”

Juan Carlos aprendió a dirigir de la mano de Sergio Arrau, en los talleres de Dirección que recibió en la ENSAD. “Todos teníamos que dirigir algo; yo dirigí una obra propia de no más de media hora, pensando en ese tiempo que sería lo único que dirigiría”, ríe. Lo que más rescata del maestro Arrau es la parte práctica. “Veía los ensayos, me decía algunas cosas como: ‘Me gusta tu entusiasmo, chico’. Considero que lo más importante para un director es la motivación que les puede dar a sus actores. Todo empieza con la motivación”. También afirma que "si seguimos hablando de aprendizaje, el hecho de haber trabajado como asistente de dirección de grandes maestros como Alberto Isola o Ruth Escudero, es un capítulo aparte.”

Juan Carlos estará muy ocupado este año: actuará en dos obras en el Festival de Teatro Infantil en el ICPNA de Lima: El Gato con Botas y Un bicho que da beshos para salvar el planeta; repondrá las obras La zapatera prodigiosa y Mi buen amigo Judas; y además, estrenará una nueva puesta en escena con Eureka Teatro, escrita por Ruth Vásquez. “Se llamará Hacer el amor, una obra en la que queremos desdramatizar el drama, a través de cómo entienden los niños esta frase. El estreno será en el CAFAE”, concluye.

Sergio Velarde
23 de enero de 2014

domingo, 5 de enero de 2014

Entrevista: JUAN JOSÉ OVIEDO


“En la compañía, convocamos y nos dejamos convocar”

Ganador de la primera edición Sala de Infarto 2013 a la Mejor Obra Peruana por Árido, Juan José Oviedo es un polifacético artista dedicado de lleno a las artes escénicas, como dramaturgo, actor y director. “Quisiera que se diga de mí que soy un escritor que actúa”, comenta. “Si bien mi compañía Cientos Volando no me prohibió que dirigiera la obra, la elección como director de Henry Sotomayor fue la adecuada; a él lo conocí en un taller de dirección de Diego La Hoz, en donde dirigimos escenas de la obra Asunto de tres de Gonzalo Rodríguez Risco”. 

Juan José Oviedo es licenciado en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Alas Peruanas, con un posgrado de Industrias Culturales en la Universidad Nacional de Tres de Febrero de Buenos Aires, y un Curso de Dirección de Norberto “Colo” Barrutti en la Escuela Municipal de Teatro de Avellaneda. “En Lima me formé desde el 2007 con el grupo Espacio Libre de Diego La Hoz, en donde participo en producción, asistencia de dirección y actuación de diferentes espectáculos, siendo el primero Demonios en la piel de Eduardo Adrianzén”.

En el año 2010 Juan José partió a la Argentina a radicar por unos años, en donde trabajó con La Compañía Nacional de Fósforos en algunos proyectos y en donde fundó la compañía Cientos Volando. "Durante el viaje hice de todo”, recuerda Juan José. “Trabajé en varietés, haciendo talleres, hice stand-up comedy y mucho circo. Además obvio de capacitarme en cuanto taller y seminario pudiese. Primero estuve en capital, y luego fui a radicar a Mar del Plata, con Florencia (su actual pareja), una licenciada en turismo que hacía danza aérea, que había conocido y con quien había formalizado una relación durante una gira a Buenos Aires en el 2009, y con la que ahora tenemos a nuestro hijo Juan Salvador”. Previo al viaje participó de la escritura de Especies junto a Sara Joffré y estrenada por Espacio Libre. Y tiempo después se animó y comenzó a escribir con la obra Tú no entiendes nada, que tuvo estrenos simultáneos en el 2011 en Argentina, bajó la dirección de Juan Ruíz (primera obra de Cientos Volando); en Perú, con el colectivo Teatro del Riesgo; y en España, bajo la dirección de Mercy Bustos.

El teatro y sus proyectos

“Pienso que un buen director de teatro debe tener disciplina, debe ser claro y tener las cosas claras desde el principio”, menciona Juan José. “No debe temer arriesgarse, pero especialmente debe tener un objetivo, una finalidad, una razón de ser para dirigir esa obra en particular”. Por otro lado, un buen actor de teatro debe “estar loco, no debe dejar de capacitarse nunca; me sorprende cuando escucho a algunos actores consagrados decir que no necesitan estudiar más, porque ya son egresados o ya estudiaron. En un principio pensaba que podía tenerlos como referentes, pero luego de oírlo creo que no valen la pena”. Como dramaturgo, se siente “un nerd del teatro; creo que la organización es importante, así como se hace con una investigación, debes tener los objetivos claros y sobre todo, arriesgarte”.

Con Cientos Volando, Juan José, Grace Humire y Florencia Emmi, preparan varios proyectos para este 2014. “Ya estamos trabajando en un nuevo proyecto para principios de año, en el que yo asisto dirección y produzco, y para julio esperamos ya tener decidida una nueva obra para trabajar. Para fines del año esperamos también el estreno de mi primer obra familiar  llamada Tito Ensueño y los árboles Bandera".

Para Juan José, el 2013 ha sido un año muy productivo, ya que el colectivo pretende dedicarse de lleno a sus actividades para poder vivir del arte. “No creo en las exclusividades, convocamos y nos dejamos convocar; con Cientos Volando pretendemos quedarnos acá y en este año volvemos a las giras”, concluye.

Sergio Velarde
05 de enero de 2014

sábado, 4 de enero de 2014

Entrevista: MIRTA URBINA

“Considero que mi personaje no debe ser monótono, sino más bien debe ser versátil y variopinto”

Una gratísima revelación del año que pasó, fue el desempeño actoral de la pequeña gran actriz Mirta Urbina, en dos interesantes montajes: Los romances de Lorca, de Carlos Rubín; y La traición, de Daniel Dillon y Ricardo Delgado. “Soy egresada de la ENSAD, y tuve de profesores a Ismael Contreras, Sergio Arrau, Juan Arcos y Carlos Acosta”, menciona Mirta. “De Ismael recuerdo la gran dedicación que demostró, pese al poco tiempo del que disponía. De Arrau, sus insultos: bodrios, superbodrios, pencas y superpencas; él me agarró de punto y encuentro, pensó que no sería capaz de seguir la carrera, pero yo me agarraba de eso para demostrarle todo lo contrario, logrando al final que me llegue a querer.”

“Con Juan Arcos”, continúa Mirta, “aprendí que sí lograba hacer Artes Marciales. Y por último, mi papi, perdón, mi profesor Carlos Acosta: él es el que más me ha gozado, siento que logré sacar mi propio yo, mi inconsciente y consciente. Acosta es alguien muy especial para mí, porque lograba que sacara lo verdadero de cada personaje”. El estilo que Mirta manejó con más frecuencia con Acosta fue el teatralismo, ya que trabajó mucho con la expresión del cuerpo. "Con él trabajé las obras: Esperando a Godot, en la que no pude presentarme en la muestra, debido a un accidente que sufrí, faltando pocos días para el estreno; y Escorpiones mirando al cielo, con esa obra me gradué, como resultado final de la carrera de actuación teatral”.

Las artes escénicas

Mirta afirma que una buena actriz de teatro debe “lograr construir completamente el personaje que interpreta, haciendo que el trabajo sea rico en su esencia, logrando matizar cada interpretación que le propongan, hasta lograr gozar con el papel y que se sienta involucrada con el proceso”. Por otra parte, un director ideal debe “saber darse su lugar, ya que él es el líder, para que nos pueda guiar confiando en el trabajo del actor”. Mirta se ha topado con directores tiranos e impacientes; ella es de las actrices que, para bien o para mal, están pendientes de que le digan si está haciendo bien o no su trabajo. “Daniel Dillon me convocó para La traición, porque nunca llegó a enseñarme en la Escuela”, comenta. “En un principio me era muy difícil convertirme en la diva de la obra, pero conté con un muy buen director.”

¿Comedia o drama? Pues a Mirta le gusta más la comedia, a pesar de haber sido premiada por sus roles dramáticos en este año. “Cuando el público ve un actor que se aleja de lo cotidiano, de lo tradicional, llama la atención”, reflexiona. “Yo creo más en la intensidad que le pongas a un papel, que no sea monótono, que sea de varios colores.” Mirta conoce mucho a Lorca y sus comedias son las que más le gustan; fue para ella un reto interpretar los personajes lorquianos más dramáticos. “Para mí fue complicado construir a Bernarda Alba en Los romances de Lorca, siento que me faltó pulirlo más”. Uno de los proyectos teatrales que traerán de vuelta a Mirta este año, será el estreno de El amor sin límites, una estrambótica comedia (según palabras de la propia Mirta), dirigida por Paul Campos y que se estrenará próximamente en la AAA.

Sergio Velarde
04 de enero de 2014

Entrevista: TITO VEGA

"La naturalidad al actuar te acerca al personaje"

Egresado del Conservatorio de Formación Actoral del Británico, con estudios en Bola Roja y Ketó, Tito Vega sorprendió a propios y extraños con una gran actuación en la comedia La Cena de los Idiotas, la que le reportó reconocimiento por parte del público y de la crítica, así como el premio al Mejor Actor de Comedia del 2013 por la encuesta de El Oficio Crítico. Inicialmente iba a ser el personaje de médico (un papel menor en la obra), pero la ausencia de último momento del protagonista, hizo que Nicolás Fantinato (director de la puesta) decidiera apostar por mí”, recuerda Tito. En ese momento yo tenía mucho trabajo, tenía viajes al interior del país y me negué; pero Nicolás me dijo que confiaba en mí, que sí podía hacerlo, así que finalmente acepté.

Antes del estreno, Tito tuvo mucho nerviosismo por este primer protagónico. Viajaba con mi libreto, no podía dormir por el compromiso asumido. Llegado el pre-estreno, los nervios me traicionaron y todo salió fatal. Afirma que todos se equivocaron en mayor o menor medida, el director se molestó y los gritó. Tito entró en crisis y pensó seriamente en dejarlo todo y volver a su trabajo como Gerente de Ventas en una constructora. Hablé con mi maestra de Bola Roja, Wendy Ramos, que me dijo que ella no es actriz de formación, pero que el claun le ayuda mucho; me dijo que jugara y me divirtiera. El esperado estreno de La Cena de los Idiotas fue un éxito y Tito se convirtió en la revelación del momento, ya que nadie lo conocía. "Fue una bonita experiencia, incluso nos fuimos de gira a Arequipa.

La actuación y el teatro

Creo que un actor es mejor mientras más natural y orgánico sea, afirma Tito. Siendo natural, te acercas al personaje; estoy en contra de la sobreactuación, me parece fatal. Como actor soy muy pegado a la letra y no me agrada la morcilla. Por otra parte, él espera que un director de teatro sea aquel que te deja ser en el escenario, que te deja proponer; algunos directores me dicen incluso cómo y cuándo me debo parar, y cuando les comento que no lo siento orgánico, me dicen que lo haga porque así se ve bien. Entiendo que una obra de teatro es finalmente un producto, pero no me están dejando ser.

Viajar a México para actuar en la obra La ciudad y los perros, una adaptación de la novela de Mario Vargas Llosa y dirigida por Edgar Saba, fue uno de los puntos más altos en la carrera de Tito en el 2013. Edgar Saba fue a verme en una comedia que hice en Teatro Nadal y le gustó mi trabajo, recuerda Tito. A los 15 días me llamó a su oficina y me dijo que quería que integrara el elenco de su obra, en reemplazo de Ricardo Velásquez. Fue una oportunidad alucinante, entrar a una obra con el elenco ya establecido fue una gran presión para mí, yo me sentía recontrajuzgado. Ricardo Blume y el mismo Vargas Llosa, que vieron el montaje en México, le dieron muy buenas críticas a Tito.

Leonardo Torres Vilar, maestro de Tito en el Conservatorio, le dijo que tenía un don especial para la comedia. En un principio me ofendí”, dice Tito. Yo no estoy aquí estudiando para acabar como actor en un programa cómico. Luego entendí que funcionaba como actor de comedia, pero eso sí, reconozco que debo esforzarme mucho para interpretar personajes dramáticos. Para este año Tito tiene planeado volver con la comedia que le ha dado tantas satisfacciones, La Cena de los Idiotas, para junio de este año. Y mientras espera el llamado para otras producciones, se mantiene ocupado con eventos y animaciones particulares, especialmente con su personaje claun, el Dr. Bora-Bora. Me lo solicitan mucho y me ha ayudado a sobrevivir cuando abandoné mi carrera. Muchos se sorprendieron cuando dejé mi trabajo, pues lo tenía todo. Sin embargo, de nada valía si no hacía lo que realmente me apasiona, concluye.

Sergio Velarde
04 de enero de 2014