miércoles, 14 de septiembre de 2016

Crítica: AL FILO DE LA VEREDA

Relaciones complejas, complejos desenlaces   

Relaciones amorosas que mueren, pero amores que nunca mueren. Venganzas deseadas pero nunca realizadas y venganzas que ocurren mejor que lo deseado. Un pasado que se quiere olvidar y un presente que se empeña en volver al pasado. Seis personajes que quieren seguir con sus vidas, pero que no pueden dejar de mirar atrás. Esto es, en líneas generales, lo que vemos en la obra Al filo de la vereda del dramaturgo peruano Carlos Gonzáles Villanueva, una obra que se nos presenta como una especie de cárcel imaginaria a la cual los personajes vuelven una y otra vez, a veces porque no saben cómo escapar, pero a veces porque sienten que pertenecen a ella, seis personajes que más que andar por el filo de la vereda, andan al filo de la vida.

Al parecer es en el terreno de las relaciones complicadas, esas en las que cada decisión parece ser de vida o muerte, donde más cómodo se siente el director, Manuel Trujillo (El Ornitorrinco, Nuevas directrices para los tiempos de paz) y me parece que está formando un estilo efectivo para contar sus historias en donde la escenografía y la luz son mínimas, y lo que debe resaltar por encima de todo son las emociones, emociones que los seis personajes de la obra llevan a flor de piel.

Pensando en los personajes, no deja de ser revelador que sean los dos personajes con más “problemas” (un alcohólico y una prostituta) los que al final se muestren, de una u otra forma, con más entereza y sean los más honestos, incluso consigo mismos, mientras que los que viven acorde a nuestra sociedad y sus paradigmas de éxito sean los que al final carguen con el peso de vivir una mentira y lo que es peor, sin decidirse a salir de ella. Es por esto que Al filo de la vereda nos invita a cuestionar nuestros prejuicios y a mirar más allá de las apariencias.

Para terminar, diré que son las actrices las que mejor logran dar forma a sus personajes, haciendo más convincentes sus propias historias, incluso cuando el texto, por momentos, presenta situaciones un tanto inverosímiles pero que son necesarias para contar esta historia.

Al filo de la vereda aún tienen unas semanas más en cartelera, vayan a verla.

Daniel Fernández
14 de septiembre de 2016

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